Hoy, lunes 6 de febrero de 2023, el Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) N° 1 de Dolores leyó el veredicto que condena a los 8 "rugbiers" por el homicidio de Fernando Baez Sosa.
Hace tres años todos esperábamos este día, pedíamos reclusión perpetua para todos, que no haya absolución, que no se dividan las condenas, que, además, se abra la causa por falso testimonio contra los dos rugbiers que no llegaron a juicio pero declararon como testigos.
Todos queríamos un castigo ejemplar para que el próximo que intente premeditar un asesinato lo piense dos veces. Queríamos una justicia dura. Que ellos estuvieran presentes y escucharan todo.
Así fue. Estuvieron presentes, sus familiares también. Se pusieron de pie para escuchar el veredicto por sugerencia de su abogado, quizás buscando mostrar un poco de hidalguía, no lo sé. El secretario leyó la condena a perpetua para 5 de ellos y la pena de 15 años para los otros 3.
Las redes sociales explotaron con los hashtag #justicia #justiciaparafernando y con mensajes un poco más agresivos. Se celebró que la justicia argentina haya hecho justicia.
Pero, siempre hay un pero, hay cosas que quedan inconclusas, hay dos vacíos que no se llenan con un veredicto judicial.
El primero, y sin dudarlo, es el vacío físico que dejó muerte de Fernando, el dolor de sus padres, su ausencia para siempre.
El segundo es una deuda que la sociedad tiene con nuestros chicos y jóvenes y que queda claramente demostrada en este caso. La falta de educación en valores éticos y morales.
Esos "rugbiers" que todos condenamos sin juicio de por medio y que, merecidamente el Tribunal volvió a condenar, no eran más que 8 jóvenes que, con o sin intención de matar, pasaron 17 o 18 años de su vida sin haber adquirido valores esenciales como el respeto a la vida, la conciencia y la responsabilidad moral.
Y, como es mi costumbre, cuando hablo de educación en valores o educación para la paz, no me refiero únicamente a la educación formal escolar. Voy a insistir continuamente con la responsabilidad que la sociedad civil (toda) tiene para con la educación en valores.
Necesitamos familias involucradas con la educación integral, que no justifiquen las acciones de los chicos, que no le quiten importancia a las actitudes que puedan tener con sus pares, que no responsabilicen a los demás, como sucedió con algunos de los padres de los acusados.
Necesitamos reivindicar la Justicia, la responsabilidad, la libertad y la verdad, como principios fundamentales para cualquier sociedad; y regresar a la enseñanza del respeto, la cooperación, la solidaridad, la igualdad, la equidad, como valores básicos para el desarrollo humano.
Se hizo justicia, sí. Pero como sociedad nos debemos un tiempo de reflexión y de revalorización de la vida humana.
Coincido! Las generaciones adultas debemos transmitir valores a los jóvenes. Se ha perdido el respeto hacia todo
ResponderBorrarGracias por tu comentario! Transmitir valores y acompañarlos!
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