Se
publicaron los resultados de las Pruebas Aprender 2022 de estudiantes de
secundaria, el primer muestreo para este nivel de la gestión actual. Los últimos
datos corresponden al 2019.
El
Ministerio de Educación de la Nación oficializó los números obtenidos del muestreo
censal del año pasado en el que participaron el
69,2% de los alumnos del nivel secundario de todo el país y del 96,7% de las
escuelas.
En el informe oficial se
plantea una “leve caída” de los índices, como si se estuviera hablando del consumo
interno y no de jóvenes que han egresado del sistema educativo luego de 14 años
de escolaridad obligatoria en condiciones deficientes (por no decir calamitosas).
Y, además, relaciona estos resultados con la pandemia y no con la mala gestión educativa
cuando mantuvieron de manera deliberada las escuelas cerradas 1 año y medio. (Recordemos que el nivel secundario estuvo sin clases presenciales
desde el 15 de marzo de 2020 hasta agosto 2021)
En el informe general se da cuenta de índices en
porcentaje que son necesarios transformar e interpretar desde una perspectiva más
humanista y humanizante, así pues, se entiende que 82 chicos de cada 100 que terminaron
la secundaria en 2022 no alcanzaron el nivel satisfactorio de aprendizajes en matemática,
y 43 de cada 100 no lo lograron en lengua.
Esto significa que el 82% de los jóvenes que
este año buscan trabajo o ingresaron a los estudios superiores no realizan cálculos
básicos como resolución de problemas con operaciones combinadas o no pueden calcular
superficies y volúmenes. O que, como se viene diciendo, el 43% no logra realizar
un análisis interpretativo de los textos que leen, no realizan comparaciones o reflexiones
a partir de las lecturas, no leen entre líneas y redactan de manera literal y deficiente.
El
panorama se pone especialmente crítico cuando comenzamos a disgregar por nivel socioeconómico.
Como viene sucediendo, entre los alumnos
de nivel socioeconómico bajo 9 de cada 10 (93%) no alcanzan el nivel
esperado en Matemática, mientras que entre los alumnos de mayores recursos, los
resultados parecen ser mejores, pero igual de preocupantes ya que 6 de cada 10
(60,2%) quedan en los niveles más bajos de aprendizaje.
Los resultados que intentaban esconder han salido a la luz porque
no podían seguir ocultando lo que se vive y se ve en la práctica.
La
pregunta es: ¿hasta cuándo vamos echarle la culpa a la pandemia? Sabemos que las
malas decisiones en materia educativa vienen desde antes, estos chicos que egresaron
atravesaron 14 años de escolaridad, no fueron solamente los últimos 3. Pero, los
funcionarios actuales deberían hacer un mea culpa y asumir que la decisión de dejarlos
sin clases presenciales por un año y medio ha sido la peor de las estrategias, catapultando
cualquier posible logro educativo anterior.
No me salen comentarios , solo ganas de llorar.
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