La finalidad de la Educación Secundaria, según lo dispone la Ley de Educación Nacional (LEN) N° 26.206, es “habilitar a los adolescentes y jóvenes para el ejercicio pleno de su ciudadanía, para el trabajo y la continuación de sus estudios”. Desde el año 2006, cuando se sanciona la LEN, se establece la obligatoriedad de la Educación Secundaria, para muchos la gran deuda que el país tenía con la educación. Si leemos nuevamente los dos párrafos anteriores, podemos deducir que en este nivel de escolaridad se forma a los estudiantes para que egresen competentes para la inserción en el mundo laboral y/o el ingreso a la educación superior, sin mayores inconvenientes. Pero esto no es así. Al menos no es lo que ocurre con los egresados de los últimos 10 años. Un ‘mea culpa’ necesario*...
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